domingo, 12 de septiembre de 2010

La sabiduria de Bertrand Rusell

PESADILLA DEL TEÓLOGO


Bertrand Russell

El eminente teólogo doctor Thaddeus soñó que estaba muerto y se dirigía al

cielo. Sus estudios le habían preparado y no tuvo ninguna dificultad para

encontrar el camino. Llamó a la puerta del cielo y se encontró con un

escrutinio más meticuloso de lo que esperaba.

- Solicito la admisión -explicó- porque he sido un hombre de bien y he

dedicado mi vida a la gloria de Dios.

- ¿Hombre? -dijo el portero-. ¿Qué es eso? Y ¿cómo es posible que una

criatura tan ridícula como tú haga algo para promover la gloria de nadie?

El doctor Thaddeus se quedó perplejo.

- No es posible que desconozcas al hombre. Debes saber que el hombre es la

obra suprema del Creador.

- Lamento herir tus sentimientos -dijo el portero-, pero lo que dices es

nuevo para mí. Dudo que nadie de los que estamos aquí haya oído jamás hablar

de esa cosa que llamas "hombre". Sin embargo, puesto que pareces afligido,

tendrás la oportunidad de consultar a nuestro bibliotecario.

El bibliotecario, un ser globular con mil ojos y una boca, bajó algunos de

sus ojos hacia el doctor Thaddeus.

- ¿Qué es esto? -le preguntó al portero.

- Esto dice ser miembro de una especie llamada "hombre" que vive en un lugar

de nombre "Tierra". Tiene la curiosa idea de que alguien se interesa

especialmente por ese lugar y esta especie. Pensé que quizá podrías

ilustrarle.

- Bueno -dijo amablemente el bibliotecario al teólogo-, tal vez puedas

decirme dónde está ese sitio que llamas "Tierra".

- Forma parte del Sistema Solar.

- ¿Y qué es el Sistema Solar? -preguntó el bibliotecario.

- Pues... -replicó el teólogo- mi campo era el conocimiento sagrado y lo que

preguntas pertenece al conocimiento profano. No obstante, he aprendido lo

suficiente de mis amigos astrónomos para poder decirte que el sistema solar

forma parte de la Vía Láctea.

- ¿Y qué es la Vía Láctea? -preguntó el bibliotecario.

- Es una de las galaxias, de las que, según me han dicho, existen unos cien

millones.

- Bueno, bueno -dijo el bibliotecario-. No esperarás que recuerde una entre

un número tan elevado. Pero sí recuerdo haber oído antes la palabra

"galaxia". De hecho, creo que uno de nuestros bibliotecarios auxiliares está

especializado en galaxias. Llamémosle y veamos si puede ayudarnos.

Poco después se presentó el bibliotecario auxiliar galáctico, que tenía la

forma de un dodecaedro. Era evidente que en otro tiempo su superficie había

sido brillante, pero el polvo de los estantes le había vuelto mortecino y

opaco. El bibliotecario le dijo que el doctor Thaddeus, al esforzarse por

explicar su origen, había mencionado las galaxias, y confiaban en que sería

posible obtener información al respecto en la sección galáctica de la

biblioteca.

- Bueno, -dijo el bibliotecario auxiliar-, supongo que sería posible con el

tiempo, pero como hay cien millones galaxias y a cada una le corresponde un

volumen determinado. ¿Cuál desea esta extraña molécula?

- Es la galaxia llamada Vía Láctea -dijo titubeante el doctor Thaddeus.

- De acuerdo -concluyó el bibliotecario auxiliar-. Lo encontraré, si es que

puedo.

Unas tres semanas después regresó y dijo que el fichero extraordinariamente

eficaz de la sección galáctica le había permitido localizar la galaxia como

la número QX 321.762.

- Hemos empleado a los cinco mil funcionarios de la sección galáctica en

esta investigación. ¿Desea ver al funcionario encargado especialmente de la

galaxia en cuestión?

Llamaron al funcionario, que resultó ser un octaedro con un ojo en cada

superficie y una boca en una de ellas. Estaba sorprendido y deslumbrado al

verse en una región tan brillante, lejos del umbrío limbo de sus

estanterías. Se sobrepuso y preguntó con timidez:

- ¿Qué desean saber acerca de una galaxia?

El doctor Thaddeus se lo explicó:

- Quiero informarme sobre el Sistema Solar, una serie de cuerpos celestes

que giran alrededor de una de las estrellas de su galaxia. La estrella en

cuestión se llama "Sol".

- Hum -dijo el bibliotecario de la Vía Láctea-. Ha sido bastante difícil

encontrar la galaxia precisa, pero encontrar la estrella precisa en la

galaxia es mucho más difícil. Sé que hay unos trescientos mil millones de

estrellas en la galaxia, pero mis conocimientos no me permiten distinguir

una de otra. Creo, sin embargo, que cierta vez la administración pidió la

lista completa de los trescientos mil millones de estrellas y sigue guardada

en el sótano. Si cree que merece la pena, emplearé a un grupo especial del

Otro Lugar para que busquen esa estrella en particular.

Convinieron que, como la cuestión se había planteado y era evidente que el

doctor Thaddeus estaba angustiado, siendo en principio interesante que un

ser tan rudimentario se presentase de improviso, sería lo mejor que podían

hacer.

Varios años después, un tetraedro muy cansado y desalentado se presentó ante

el bibliotecario auxiliar galáctico y le dijo:

- Por fin he localizado esa estrella particular sobre la que se han pedido

informes, pero no entiendo por qué ha despertado el menor interés. Tiene un

gran parecido con muchas otras estrellas de la misma galaxia. Es de tamaño y

temperatura medios y está rodeada por otros cuerpos mucho más pequeños

llamados "planetas". Tras una minuciosa y microscópica investigación, he

descubierto que por lo menos algunos de esos planetas tienen parásitos, y

creo que esta cosa que ha solicitado los informes debe de ser uno de ellos.

Al llegar a este punto, el doctor Thaddeus rompió en un apasionado e

indignado llanto:

- ¿Por qué, decidme, por qué el Creador nos ocultó a los pobres habitantes

de la Tierra que no fuimos nosotros quienes le incitaron a crear los Cielos?

Durante mi larga vida le he servido con diligencia, creyendo que se fijaría

en mis servicios y me recompensaría con dicha eterna. Y ahora parece que ni

siquiera tenía conocimiento de mi existencia. Me decís que soy un

animalículo infinitesimal en un pequeño cuerpo que gira alrededor de un

miembro insignificante de un grupo formado por trescientos mil millones de

estrellas, que sólo es uno entre muchos millones de tales grupos. ¡No puedo

soportarlo, y ya no me es posible adorar a mi Creador!

- Muy bien -dijo el portero-. Porque no hay ningún Creador que adorar, ya

que la ilimitada cavidad del Universo es eterna, nada la creó, y todo lo que

ves no ha surgido más que de la combinación aleatoria entre los elementos

primordiales. Aunque tú, triste homúnculo, en el Gran Libro de la

Naturaleza, debes de ser una insignificante errata, con la que no deberíamos

haber perdido ni un ápice de nuestra enorme duración temporal.

En aquel momento se despertó el teólogo.

- El poder de Satán sobre nuestra imaginación, durante el sueño, es

aterrador -musitó

lunes, 6 de septiembre de 2010

Cualquier tema cultural y artístico a comentar, debatir,comparar o analizar.

Hola soy Guillermo Gordillo Nava, pintor de profesión, escritor aficionado y amante de todas las artes;en especial la música clásica, el rock pesado y progresivo y principalmente la ópera.
El objeto de este blog es tener un espacio totalmente abierto a todo el pensamiento, tendencias, creencias,ideas, proyectos,críticas,etc. dentro de la cultura y el arte. Tomando encuentra que también son aceptadas las opiniones políticas, sociales y religiosas; el caso es tener materia para explayar todo lo que tenga  que ver con el conocimiento humano.
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